domingo, 14 de septiembre de 2014

Siendo dos, y siendo una.

( Escribí esta poesía para una amiga mía, mi mejor amiga, de hecho, que hace poco cumplió 15 años, y bueno, supuse que lo mejor que podía regalarle era algo salido del corazón, así que le escribí una poesía. 
Esta, en apariencia, narra un cuento de niños, sobre una media luna que vaga por el mundo, incompleta, buscando algo sin saber qué busca. Esta mitad llega a un lago, donde ve reflejada en el agua a su otra mitad, y se da cuenta de que es lo que ha estado buscando todo el tiempo. Se mete en el agua y con todas sus fuerzas lucha por rescatar a su mitad, que se está ahogando en el agua. Pero de repente, se da cuenta de que su otra mitad está en el cielo, la está esperando, no se ahoga. Las mitades se encuentran y se forma una luna llena completa y luminosa.
Eso es lo que uno vee cuando lee la poesía. Pero en realidad, la escribí pensando en la integridad humana, y su simbología es esta: (la verdadera historia)
Se puede ver de dos maneras:
1. Cada mitad es una persona, y representa el mito de la media naranja, de la predestinación a pasarse la vida buscando a alguien que nos haga sentir llenos, que nos complemente.
2. (Es la que más me gusta) Es igual que la primera, pero sobre uno mismo. Leyendo el poema de esta manera, refleja la infinita búsqueda de uno mismo,. El estanque simboliza el mundo interior de cada uno, en el que estamos solos. Lo que la mitad ve en el agua es su propio reflejo, y el intento de rescatar su propio reflejo quiere imitar el hecho de cómo en verdad, las personas vemos problemas donde no los hay, nos imaginamos situaciones falsas, como la mitad, que se está ahogando, cuando realmente sólo es un reflejo. La moraleja es que, lo que realmente hay que hacer, es mirar al frente (arriba, al cielo), no pensar en problemas que en verdad sólo están en nuestra cabeza (el reflejo) y atascarnos en ellos (el lodo), y descubrirte a base de avanzar (en el cielo.)

Espero que os gusteee.)


Siendo una mitad perdida,
rota, débil, demacrada.
Siendo cáscara vacía
buscó luz, no viendo nada.
  
Siendo guardiana caída
de la noche estrellada.
Siendo buscadora que iba,
sin saber lo que buscaba.

Deambulaba por las calles
sola, vieja, maltratada.
Buscó cofres, buscó llaves,
pero nada le encajaba.

Llegó a un silencioso valle,
el agua dormida miraba.
El reflejo, un detalle,
le enseñó lo que buscaba.

Se metió en el agua fría,
y con sus manos luchaba
por liberar a su amiga,
que en el agua presa estaba.

Levanta la vista, niña,
que tu mitad no está ahogada,
Es la que en el cielo brilla,
es tu reflejo, es tu hermana.
  
Miró la mitad arriba.
Y allí la vio, vio que estaba
su compañera, su amiga,
que desde el cielo miraba

Rió la mitad, la niña,
su búsqueda era acabada,
y esa noche brillaría
una luna completada.


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