domingo, 3 de agosto de 2014

Capítulo 4: El Diario



Los ojos se me abren con lentitud, desprendiéndose de las últimas telarañas del sueño, desperezándose. Mi mente está en blanco, y estoy confuso.  Esta vez no he soñado nada, ha sido un sueño profundo, empalagoso… y forzado.
Todos los recuerdos vienen de golpe, y mi rostro palidece al volver a la realidad. Las imágenes de todo ocurrido antes desfilan vertiginosamente, caóticas, por mi mente.
 Los dibujos, el colgante, el humo violeta, Bryst…
El cloroformo.
Gracias a esos recuerdos me despierto del todo, y mi mente se pone en alerta inmediatamente. Mi cuerpo aún es pesado, pero, hago un esfuerzo y giro la cabeza con lentitud y un gemido ahogado se me escapa de los labios, al girar el cuello, dolorido por el entumecimiento.
No sé dónde estoy, sólo veo manchas de colores borrosas. Aunque yo esté alerta, y con todos mis sentidos atentos a mi alrededor, mi cuerpo está aún medio dormido, y no responde a los movimientos que quiero hacer.
Cierro los ojos con fuerza, y me preparo mentalmente para que cuando los abra, todo esté en orden. Cuando los abra, veré todo con nitidez, como siempre, mi cuerpo no estará entumecido ni me costará controlarlo. Veré dónde estoy y buscaré a Bryst para que me dé explicaciones. Fijo esto en mi mente, no como una idea, sino como un hecho, y me siento capaz de convencer a mi cuerpo.

Uno. Dos. Tres.

Y abro los ojos. Sorprendentemente, todo rastro de entumecimiento ha desaparecido, y mi cuerpo vuelve a ser mío, como antes de caer presa de Bryst. Me incorporo rápidamente, e ignoro el leve mareo que me invade, que no tarda en desvanecerse. Es entonces cuando descubro, con estupefacción, que realmente sigo en la habitación de Bryst, en la cama, como antes, hace… hace no sé cuánto, he perdido la noción del tiempo, así que no sé cuánto tiempo llevo dormido, lo que me confunde aún más.

A mi lado, sobre la mesilla de noche, el colgante ya no está, y, por supuesto, el brillo de los dibujos tampoco. Ya apenas recuerdo cómo era, es como si todo hubiese sido un sueño… ¿Y si realmente lo ha sido? Todo en mi mente parece borroso, efímero, y creería que ha sido todo un sueño… de no ser por la marca del colgante. En la palma de mi mano, una quemadura con forma hexagonal me recuerda que todo ha sido real, que todo ha pasado, y que nada ha sido una alucinación. Observo la línea rosada que conforma la silueta de la marca. No hay duda, es del colgante. Sigo sin entender cómo puede haberme quemado, pero eso ahora es lo de menos. Lo que más me preocupa ahora es Bryst,  porqué se lanzó hacia mí sin darme ninguna explicación y porqué me durmió con cloroformo.  

Miro a mi alrededor, y veo en la mesa el portátil de mi amigo. Me invaden los deseos de buscar algo en él, lo que sea, respuestas, información, algo…
Me quedo quieto un momento, silencioso, intentando escuchar algo más allá de las paredes de su habitación.

Nada. No parece que esté subiendo las escaleras, no se oye ni un solo movimiento, salvo a mí mismo, intentando contener la respiración. Ni siquiera parece que haya nadie en toda la casa…
Después de unos segundos de incertidumbre, me acerco al ordenador de mi amigo, con la intención de encontrar algo que me ayude a entender, aunque me doy cuenta de que no sé ni por dónde empezar a buscar. No me paro a pensar en ningún momento que pueda estar cotilleando en sus cosas íntimas, ni tengo ningún reparo en mirar en un archivo abierto, extenso, extensísimo...
Es un documento, no sé cuántas páginas tiene, pero parece una especie de diario, a juzgar por las múltiples fechas que se mencionan, un diario muy, muy largo. Bajo al final del todo, y leo las últimas líneas:

“Viernes: El sujeto U no da muestras de haber despertado. Su actitud es corriente, casi como la de cualquier otro humano, salvo por su natural coeficiente más elevado y aguda percepción. Ha acudido al Círculo Experimental, con algunos miembros de los Cuatro Clanes, similares en edad. Se ha mostrado receptivo, aunque en un momento determinado se veía distraído, nervioso, observando el sitio vacío de un Aquario que ha estado ausente en toda la reunión. Creemos que puede haber detectado el rastro del elemento por primera vez, como señal de que la Esencia ha despertado, aunque, luego me he preguntado, si detecta Aqua, ¿Porqué no los otros tres? Me dispongo informar de este hecho al Consejo.”

Termino el párrafo con una expresión atónita en mi rostro. ¿Qué es todo esto? ¿Es el diario de Bryst? ¿Aqué se refiere con “sujeto”? ¿Clanes? ¿Círculo Experimental? ¿Qué significan todos estos nombres? ¿Son lugares, personas? No los había oído nunca… creo.
 No entiendo absolutamente nada. Estoy confuso pero ya no me fío de Bryst, así que no perderé la oportunidad de saber todo lo que pueda, aunque no entienda nada. Porque después él me lo explicará. Le obligaré a hacerlo.
 Observo que aún hay otro párrafo más, así que dejo de pensar en el anterior, y continúo leyendo:

“Sábado: El sujeto ha descubierto por primera vez el Sharem. Al tener contacto físico con mi Rem-ka, se ha activado su Esencia, y sus ojos lo han visto en un amuleto de mi posesión, lo que verifica la teoría del Consejero Mayor. Desafortunadamente, he tenido que sedarlo, pues todo ha ocurrido en el momento menos adecuado, y no estaba preparado para tomar las medidas acordadas en el Consejo. El metabolismo del sujeto U aún es humano, por lo que tardará en despertar, así que he viajado a la zona experimental del Sujeto N a pedirle a la Adiestradora Reyn algo de suero de emergencias, para borrar la memoria de U, ya que según el protocolo establecido, aún no estaba acordado que despertase su Esencia, y no debe hacerlo de forma forzada, y nada ha de salirse de lo previsto, o toda la Operación fallará.”

Me alejo del portátil y me siento en la cama. Me tiemblan las manos y mi cabeza va a cien por hora, aunque no consigue nada, realmente, todo es un caos de datos que encajan entre sí, por lo que parece, pero no encajan con mi realidad. Nada tiene sentido. No entiendo nada.

 Empiezo a atar cabos, muy despacio, temeroso. ¿Soy el sujeto U? Por lo que parece sí, porque si Bryst ha escrito esto, encaja perfectamente con lo que me ocurrió ayer y me ha ocurrido hoy, o ayer, o cuando fuera. El caso es que sí, que es lo que me ha ocurrido a mí, visto desde la perspectiva de Bryst, narrado de una forma… ¿científica? Hablando de operaciones, experimentos… Sigo sin entender nada. A juzgar por la última parte del párrafo, ha ocurrido algo de forma forzada, he visto algo que no debería haber visto… Repaso mentalmente, pero no hay nada fuera de lo normal, nada peligroso u oculto que haya visto por error, sólo se me ocurre…
La neblina violeta. Es lo único que hizo reaccionar a Bryst de forma violenta y brusca… aparte de eso, no imagino nada más.
¿No debería haber visto la neblina violeta? ¿Es eso? ¿Por eso Bryst me sedó? Según el texto, así, es. Y, según el texto, además de sedarme, Bryst pretende… borrarme la memoria…
El corazón me da un vuelco. ¿Suero de emergencias? ¡Bryst pretende borrarme la memoria, para que no recuerde haber visto la neblina violeta!
Instintivamente miro la palma de mi mano. La marca del colgante sigue ahí, latente, dolorosa, recordándome que es real…que no debo perder la memoria.
Tomo una decisión. Pase lo que pase, no dejaré que Bryst me controle. Ya no estoy seguro de nada. Él siempre ha sido mi amigo… aunque ya no estoy seguro. La forma en que contaba lo que me ocurría todos los días, centrándose en mí, y en mi evolución… Parecía más un informe que un diario, y ahora, parece que lo que intenta es controlarme, retenerme… ¿por qué, si no, iba a borrarme la memoria? No parece que sea por evitar explicaciones, sino más bien, por… ¿un protocolo? Es así como lo llamaba en el texto… un protocolo… ¿Eso quiere decir que obedece órdenes? ¿Órdenes… de quién?

Pero no me da tiempo a terminar de plantearme la pregunta, porque oigo cómo la puerta de la casa se abre, y alguien sube las escaleras apresuradamente, casi podría decirse que de dos en dos…
Impotente, sólo soy capaz de tumbarme en la cama, cerrar los ojos y fingir que sigo dormido.
El estruendo de las escaleras cesa, y unos segundos de agobiante silencio se eternizan en mis oídos. Me esfuerzo en calmar mi respiración, relajar los músculos y forzar a mi corazón a calmarse. No oigo nada. 
Suena, muy levemente, una puerta al abrirse, despacio, en silencio… ¿para no despertarme? Agradezco mil veces al cielo por haberme despertado antes, y ser ahora consciente de lo que me habrían hecho estando dormido. Noto que alguien se acerca, se arrodilla frente a mí y me palpa el brazo. Evito un respingo.
De repente, la voz de Bryst suena, muy cerca de mi oído:

-Tranquilo, Usher. Esto no te dolerá. Es sólo por tu bien, y por el bien de la operación.- Dice, en apenas un susurro.

Otra vez la dichosa operación. Y yo, inocente, sin entender absolutamente nada.
Pero, un momento, ¿ha dicho que no me dolerá? ¿A qué se refiere?
Fugazmente, por mi mente pasan las palabras: suero de emergencia.
Y de golpe, recuerdo que Bryst quiere borrar mi memoria.
Mi cuerpo se bloquea, y mi mente, que ahora lo entiende, no sabe qué orden dar. Me quedo quieto, inevitablemente rígido, los ojos cerrados con fuerza, expectante de algo que sé que hará que me olvide de todo. Todo lo que he descubierto sobre Bryst, las preguntas que tenía, a las que se han sumado otras tantas después de los textos del ordenador y el cloroformo, el collar, los dibujos, la niebla… todo se irá, y no puedo hacer nada para evitarlo.
Me siento tan impotente, y noto una finísima aguja helada contra la piel de mi brazo. Está empezando a hundirse, y no puedo evitar preguntarme algo en lo que hasta ahora no había caído: ¿Sería tan malo… olvidarse de todo?



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